Se seleccionan los viñedos en las zonas más frescas y adecuadas para la elaboración de vino espumoso de calidad. Durante un periodo de 18 meses, van a descansar las botellas en su bodega subterránea de los años 50, en posición horizontal, a temperatura y humedad constantes. Una vez terminada la crianza en botella, comienza un delicado proceso manual que dura alrededor de 30 días y que consiste en ir orientando progresivamente las botellas modificando su ángulo de inclinación hasta una posición invertida. De esta manera los sedimentos del vino se posan en el cuello y el vino queda brillante.